miércoles, 14 de enero de 2009

Leyendo e interpretando a Jorge Juís Borges


Jorge Luís Borges indubitablemente fue un muy buen escritor y un notable pensador, y sin duda también él fue una de las personalidades descollantes del siglo XX…

Para mejor evaluar la obra de un escritor, indudablemente sería muy interesante considerar no solamente sus obras acabadas, sino también la probable o posible reconstrucción de su proceso creativo, o sea lo que Edgar Alan Poe llama los pasos perdidos y escondidos del proceso de la escritura…

En el escrito que tiene por título “Del cuento y sus alrededores: Aproximación a una teoría del cuento”, Borges presenta algunas ideas muy interesantes, las que sin duda tienen gran frescura y espontaneidad, ya que esa obra en realidad es una recopilación de charlas informales y de conferencias de este reconocido escritor argentino, recopilación que fuera efectuada por Carlos Pacheco y Luís Barrera Linares, y que oportunamente fuera publicada en 1997 y en Caracas por Monte Ávila Editores…

Borges allí señala que en varios de sus cuentos hay objetos que al principio parecen especiales, preciosos, magníficos, excepcionales, y casi mágicos, y que hacia el final pasan a ser no tan buenos, presentando entonces diversos inconvenientes, y en ciertos casos pareciendo incluso ser cosas horribles, terroríficas, destructivas, y/o cargadas de maldiciones y de horror… Este pensador recomienda estructurar las narraciones de forma de poco a poco ir presentando diversas conjeturas y razonamientos (para así estimular el proceso de descubrimiento de los lectores, y obligarles a elaborar y reelaborar sus supuestos una y otra vez), y de forma de poco a poco ir mezclando realidades con fantasías, juicios con locuras, obsesiones con olvidos… Así, los relatos se dotan de sorpresas y de suspenso, lo que suele generar marcado interés en los lectores… Por otra parte, las mezclas de realidades con fantasías y los cambios de perfiles suelen permitir múltiples y variadas interpretaciones, lo que sin duda repercute muy positivamente en la creatividad y en la imaginación de quienes leen, así como en las conclusiones o repercusiones que luego se puedan obtener…

Quienes deseen dedicarse al oficio de la escritura harían muy bien en tener muy presentes todas estas cavilaciones y recomendaciones…

Y ciertamente quienes deseen dedicarse a la prospectiva social, también deberían actuar de una forma análoga…

El escritor escribe para sí mismo, y también escribe para sus contemporáneos y para las generaciones futuras…

Y lo mismo el pensador prospectivo… Éste reflexiona para sí mismo, y escribe con la esperanza de influir de alguna manera sobre sus contemporáneos y sobre las generaciones futuras…

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