miércoles, 14 de enero de 2009

Entrevista: La cibereconomía


Periodista – En este día de carnaval (12 de febrero), damos comienzo a una nueva sesión de nuestra tertulia de los días martes. ¿Tiene sentido referirse a una ciencia llamada cibereconomía? ¿Podemos decir que existe la cibereconomía?

Entrevistado – La cibernética se dedica al estudio de los problemas lógicos de coordinación, gobierno, y control de un sistema. ¿No le parece a usted que esta ciencia también merece ser aplicada a la economía? ¿No le parece a usted que las recesiones económicas podrían ser consideradas como un descontrol de un sistema económico?

Uno de los conceptos o mecanismos fundamentales de la cibernética, es la retroalimentación (o sea lo que en la jerga técnica se conoce como “feedback”), proceso en función del cual, en un determinado momento se da entrada en un sistema a una señal vinculada con la respuesta real o situación real de ese sistema en el período anterior o etapa anterior.

Otro de los conceptos o mecanismos importantes de la ciencia cibernética, es el de la autoadaptación o autocorrección, proceso en base al cual se compara la respuesta o situación real de un sistema, con un valor objetivo o situación objetivo, estableciéndose entonces acciones y mecanismos correctivos a efectos de poder alcanzar ese objetivo, o al menos de poder aproximarse lo más posible al mismo.

Otro de los conceptos destacados de la cibernética es el de la sincronización o coordinación, proceso en base al cual dos subsistemas separados e independientes son simultáneamente estimulados o inhibidos.

Otro de los conceptos relevantes de la cibernética es el de estado de un sistema o de un subsistema, proceso en base al cual dicho sistema o subsistema reacciona en forma diferenciada al ser enfrentado a un determinado estímulo (señal de entrada). Por lo tanto, según fuere precisamente el estado interno en el que dicho sistema o subsistema se encuentra, el mismo reacciona de una u otra forma. Nótese que a través de este mecanismo, es perfectamente posible hacer funcionar a un subsistema como si el mismo fuera una memoria.

Otro de los mecanismos relevantes de la cibernética es el de la secuenciación, proceso en base al cual un sistema o subsistema es estimulado o es inhibido, una vez que otro sistema o subsistema ha cambiado de estado (léase: una vez que otro sistema o subsistema ha completado su ciclo).

De la jerga corriente de los especialistas en informática, podemos extraer una serie de conceptos tales como los siguientes: (a) memoria, (b) procesos secuenciales o en serie, (c) procesos paralelos o independientes, (d) procesos sincrónicos, (e) procesos asincrónicos o independientes o no coordinados, (f) señal de entrada o estímulo o inducción, (g) señal de salida o respuesta o reacción o reflejo, (h) codificación e interpretación, (i) reiteración o repetición indefinida de un proceso, (j) reiteración o repetición condicionada de un proceso (un número fijo de veces, o con condición de salida evaluada al principio de cada iteración o evaluada al final de cada iteración), (k) interrupción anticipada de un proceso o de una repetición, (l) evento o suceso con características especiales (tiempo excedido, condiciones que hacen imposible el cálculo, condición que cambia su estado, fin de un proceso, fecha que excede cierto límite o valor, intervención externa o señal externa, etcétera), etcétera, etcétera.

Si se hace abstracción de los mecanismos específicos de intercomunicación o interacción de un sistema con su entorno, o de un subsistema con otros subsistemas, conceptos más o menos similares o equivalentes son también encontrados en otras ramas de la ingeniería, así como en la biología, en la medicina, y aún en la psicología y en la sociología, etcétera, etcétera.

¿No le parece a usted que los mecanismos de gobierno de la economía que son actualmente de uso corriente, en buena medida son ellos empíricos e imprecisos, y que en buena medida se los aplica en base a informaciones más o menos distorsionadas y más o menos tardías?

En los animales vivos, el sistema nervioso es el que permite ejercer las funciones de coordinación, control, y gobierno. En los animales superiores, el sistema nervioso es convenientemente complementado además con el llamado sistema endocrino. Recordemos brevemente que el sistema endocrino es el que produce las hormonas y otros productos que se vierten a la corriente sanguínea, y que a través de diversos mecanismos bioquímicos, son capaces de actuar selectivamente sobre ciertas partes del cuerpo, con efectos de estimulación o de inhibición. Estos productos que circulan a través de los conductos sanguíneos, son verdaderos portadores de información, son verdaderos y eficientes mensajeros.

¿No le parece a usted que en esta comparación o paralelismo que osadamente estamos planteando entre los animales y los sistemas económicos, los flujos de señales nerviosas o los flujos de hormonas perfectamente podrían ser los equivalentes de los flujos monetarios?

Pero atención, en la economía real, en la economía actual, el dinero tiene una muy pobre implementación, puesto que es dinero anónimo que no lleva recuerdo documentado de sus titulares, y que tampoco lleva recuerdo documentado de las transacciones comerciales realizadas y por las cuales hubo cambio de titular. Y esta pobre implementación de tanto en tanto permite alteraciones espurias, derivadas por ejemplo de pérdidas accidentales o de robos, así como de especulaciones financieras con orígenes inciertos y con resultados inciertos, de alteraciones también derivadas de importantes actividades ilegales como el narcotráfico o como el terrorismo político o como el tráfico de personas, o derivadas de otros diversos trastornos de tipo social o de tipo externo (huelgas, revoluciones civiles, guerras, e incluso epidemias, inundaciones, sequías, etcétera, etcétera).

Es cierto, algunas de las situaciones recién enumeradas son imponderables que de una forma o de otra siempre han de influir sobre el bienestar de la sociedad, independientemente de cómo sea el trato dado a ese equivalente universal que hoy día llamamos dinero. Sin embargo, hay muchas actividades ilícitas (o al menos actividades perjudiciales para el interés general) que se amplifican o que solamente son posibles con la especial forma actual de manejo y uso del dinero.

Es cierto, tenemos sofisticadas computadoras que dentro de una institución nos ayudan a manejar y a controlar dinero. Es cierto, incluso tenemos máquinas que cuentan billetes. Es cierto, también tenemos máquinas que permiten verificar que un billete es falso. Es cierto, tenemos instituciones bancarias que dan buenos servicios financieros a las empresas y a las familias. Es cierto, tenemos teorías económicas que nos ayudan a hacer modelos de predicción, tanto en situaciones consideradas normales como en situaciones consideradas de excepción. Es cierto, los Gobiernos también pueden elaborar una serie de indicadores y de resultados estadísticos, con los cuales poder tomar decisiones sobre bases más sólidas y más racionales.

Sin embargo, casi podríamos decir que a veces nos esforzamos por borrar o distorsionar ciertos eslabones de las cadenas de pago, por ejemplo a través de los pagos de contado con dinero no nominativo, por ejemplo a través de la llamada contabilidad en negro, por ejemplo con declaración en falso respecto de lo que se recibe en especie o lo que se otorga en especie a cambio de una determinada cantidad de dinero, etcétera, etcétera. Por otra parte, en ciertos casos tenemos información de muy buena calidad dentro de un determinado subsistema (léase: empresa, institución estatal, sindicato, cámara empresarial, etcétera), pero esa información no la compartimos adecuadamente con otros subsistemas, por no tener los medios adecuados de comunicación, y/o por no tener interfases comunes estándar para concretar esa comunicación, y/o simplemente por no tener interés en revelar esa información.

Pongamos el caso de una persona que cobra su sueldo a principios de mes, y que luego lo va gastando en el correr de los próximos días. Si a fines de mes pedimos a esa persona que nos haga un detalle de los gastos realizados, lo más probable es que la respuesta sea únicamente parcial. Habrá algún gasto como por ejemplo el alquiler de su vivienda que tal vez recuerde sin problemas. Habrá ciertos consumos realizados en el supermercado que tal vez pueda reconstruir con rapidez, en la medida que tenga a la mano los correspondientes comprobantes de caja. Lo mismo tal vez con los consumos de agua y de energía eléctrica, generalmente bien detallados en facturas. Pero sin duda hay gastos que hacemos cotidianamente, y de lo que no guardamos comprobantes, sencillamente porque no nos dan comprobantes, o sencillamente porque esos comprobantes los tiramos o los perdemos. Y ello pasa en el nivel individual y en el ámbito familiar, y a veces también pasa a otros niveles, por desinterés, por simple descontrol, por falta de tiempo, y a veces incluso porque estas carencias de registro son expresamente deseadas y buscadas por algunos.

Los ladrones, los estafadores, los defraudadores, los narcotraficantes, los coimeros, seguramente todos ellos tratarán de esconder al menos parte de sus ingresos y de sus egresos, así como el origen y el destino de los mismos. Incluso los gobernantes corruptos y los funcionarios corruptos también podrían tener interés en contribuir con falsedades y con desprolijidades de registro, ya que así las irregularidades que amparan serían más difíciles de detectar. Claro, a nivel personal este tipo de gente tal vez lleve una contabilidad real y detallada de sus ingresos y egresos, aunque por todos los medios tratará que esas informaciones no sean accedidas por terceras personas.

Aún sin pensar específicamente en actividades dolosas o ilegales, sin duda también hay personas o entidades que podrían tener interés en maquillar su situación real patrimonial. Por distintas razones (competencia empresarial, aspectos fiscales, prestigio social, idiosincrasia), ciertas personas y/o ciertas instituciones querrán aparentar más riqueza que la que realmente tienen, por el contrario otras personas físicas o jurídicas querrán aparentar menos riqueza de la que realmente disponen, y otras preferirán que al respecto se sepa lo menos posible.

En ciertos casos, tanto a nivel personal como a nivel familiar o a nivel empresarial, el dinero disponible y los recursos disponibles no son bien gobernados, pues se permiten fugas no deseadas.

Un empleado deshonesto o simplemente haragán o descuidado, no siempre es descubierto por la gerencia, o es descubierto tardíamente luego de que significativos perjuicios ya afectaron a la institución. Y esto ciertamente es un indicador que señala que las cosas no están bien organizadas. A nivel individual o familiar también es muy claro de que existen diversos grados de descontrol económico-financiero, ya que en ese ámbito no se optimiza, o se optimiza muy raramente, y ya que en este ámbito también se producen fugas no deseadas.

Recién planteamos las posibilidades reales y prácticas de establecer una detallada contabilidad de recursos, y también nos referimos a las situaciones en las que por distintas razones se llevan múltiples contabilidades (porque algunas de ellas son adulteradas o maquilladas). Bueno, pero también debe destacarse que llevar una contabilidad implica un determinado esfuerzo, porque ella no surge espontáneamente como fruto de la propia actividad económica y como fruto del propio manejo del dinero. Precisamente ahí está el quid de la cuestión, ahí está el meollo del asunto.

Bueno, si la tecnología utilizada no acompaña, si los avances tecnológicos no permiten ciertas implementaciones, no hay más remedio que aguantarse, e implementar las cosas con menos tecnicismo.

Sin embargo, con los avances ya registrados en las comunicaciones y en el tratamiento automatizado de informaciones, el dinero telemático hoy día es perfectamente factible, y para su implementación generalizada solamente hace falta voluntad política y aceptación social.

El gobierno de una economía nacional o de la propia economía internacional, por cierto también se dificulta debido a situaciones similares a las indicadas. Es como si en el sistema nervioso del cuerpo humano cortáramos algunos cordones nerviosos aquí o allá, o es como si en dicho sistema biocibernético distorsionáramos las señales hormonales o nerviosas que por ese medio circulan, a efectos de así artificialmente crear distorsiones e introducir incertidumbres.

Es por ello, es por todo lo indicado, que proponemos el uso del ciberdinero, del dinero escritural y telemático, para poder establecer un mejor control de las relaciones económicas en todos los niveles, y para poder actuar en forma más racional en lugar de hacerlo en forma empírica o por intuición. En nuestra definición, la cibereconomía es la economía basada en el uso del ciberdinero, en el uso del dinero telemático.

En resumen, la cibernética es la ciencia basada en la comunicación, en la matemática, y en la lógica, y dedicada a la coordinación, al gobierno, y al control de un sistema más o menos complejo, con la finalidad de alcanzar determinados objetivos.

Para conseguir sus fines, un sistema cibernético debe captar información del mundo exterior, y también debe captar información del propio mundo interior (de los subsistema que lo componen), y en base a dichas informaciones y a procesos de transmisión y de transformación de esas señales, el ente cibernético debe autoorganizarse y autocontrolarse, debe autoregularse, debe autoadaptarse a situaciones cambiantes o imprevistas, debe autogobernarse, y por cierto también debe conservar su identidad, ese decir, debe conservar su organización básica y sus parámetros básicos, debe asegurar su sobrevivencia o supervivencia.

Es muy claro que un sistema cibernético (o sea un sistema gobernado con técnicas cibernéticas) debe tener varios centros coordinadores de distintos niveles jerárquicos, donde la información codificada y resumida de determinada manera, debe ser allí convenientemente interpretada a efectos de adoptar convenientes decisiones de gobierno en sus correspondientes niveles jerárquicos.

Y en nuestra opinión, es muy claro que en los sistemas económicos actuales, los mecanismos de comunicación tienen sus falencias y sus atrasos, y sobre todo la información circulante tiene desvíos intolerables.

Pongamos por caso la recaudación impositiva, mecanismo que en la actual concepción económica capitalista es absolutamente central, pues es el que permite el financiamiento del Estado y la propia existencia del Estado.

Sin duda la recaudación impositiva debería ser automática y simultánea con los hechos gravados. Pero no, en su lugar actualmente utilizamos una serie de complejos mecanismos y figuras, tales como los agentes de retención, los adelantos a cuenta, las liquidaciones impositivas parciales, las inspecciones, el blanqueo de capitales, las exoneraciones, las amnistías fiscales, los intereses compensatorios y los recargos, las multas, etcétera, etcétera, etcétera. La propia existencia de la evasión impositiva, nos debe hacer pensar que no estamos manejando este asunto en forma conveniente. Y en nuestra modesta opinión es el inadecuado manejo del dinero el que está en el centro de los desvíos observados en la recaudación fiscal, así como en el centro de muchos de los problemas que antes fueron señalados.

Periodista – ¿Puede usted referirse a los antecedentes que pudieran existir, relativos a la aplicación de la cibernética a la economía?

Entrevistado – En realidad la posible aplicación de los conceptos cibernéticos en la economía fue destacada desde hace bastante tiempo, desde el inicio de la ciencia cibernética, por parte de quienes se dedicaron a establecer las bases de esta nueva ciencia. Y a efectos de dar un panorama completo de la cibernética, por cierto podríamos remontarnos incluso hasta la antigüedad clásica. Los antecedentes más antiguos relativos al arte de gobernar pueden ser encontrados incluso en los Diálogos de Platón, así como en otras obras de la antigüedad griega clásica.

Se reitera, la cibernética se ocupa de las técnicas relativas al control, al comando, y al gobierno de un sistema, así como al arte de concebir y de construir sistemas que sean más fácilmente gobernables, que sean mejor gobernados.

La cibernética se ocupa de sistemas tales como por ejemplo (a) un ser vivo (animal o vegetal), o (b) un grupo social, o (c) una organización económica, o (d) un sistema electrónico de procesamiento de datos (una máquina de procesamiento de informaciones, una máquina de tratamiento de datos, una máquina para el tratamiento de informaciones), o (e) una célula nerviosa, o (f) un regulador industrial automático (como por ejemplo el regulador desarrollado por el ingeniero británico James Watt en 1781), etcétera, etcétera. La cibernética se ocupa pues tanto de los seres vivos, como de las organizaciones sociales y como también de las máquinas.

La cibernética fundamentalmente se ocupa de la estructura y de la organización interna de un sistema, así como del flujo de informaciones dentro del mismo. Finalmente es precisamente este flujo de informaciones el que en definitiva permite ejercer el gobierno y el control efectivo de un sistema, por acción sobre los distintos subsistemas del mismo.

La idea de aplicar la cibernética a la economía fue manejada desde el principio, y antecedentes de este tipo pueden ser encontrados aún en los trabajos del pensador y especialista estadounidense Norbert Wiener, así como en los trabajos de otros investigadores de esa época, allá en la década de los años cuarenta (en el siglo XX). Así, las aplicaciones en la economía estuvieron presentes desde los inicios, junto a las aplicaciones de las técnicas cibernéticas a los problemas teóricos y prácticos relativos (1) a la optimización, (2) a la neurofisiología, (3) a la cardiología, (4) a la ingeniería electrónica, (5) a la organización y al desarrollo de grandes obras, de grandes construcciones, (6) al perfeccionamiento de las técnicas de tiro de las piezas antiaéreas, etcétera, etcétera.

La cibernética es la ciencia que estudia y que se ocupa de las leyes y de los mecanismos orientados al control, al comando, y al gobierno de sistemas dinámicos. La cibernética se ocupa pues de la colecta y transmisión de datos, así como del almacenamiento de los mismos y de su transformación o procesamiento, orientando así la acción a permitir la realización de una serie de actividades útiles (en los autómatas, en los seres vivos, en las organizaciones sociales). Otra finalidad de la cibernética es el estudio y la mejora en los modos o formas de intercambio de informaciones entre los distintos elementos o componentes de un sistema.

Las técnicas cibernéticas claramente fueron aplicadas empíricamente a la economía ya desde los inicios de esta ciencia, y antecedentes de este tipo incluso podrían ser rescatados de diversos trabajos de distintos economistas en los siglos XVII, XVIII, y XIX.

En el siglo XX, las aplicaciones de las ideas cibernéticas a la economía se orientaron en particular a la econometría, a la macroeconomía, y a varios otros capítulos de las ciencias económicas.

Si hay alguna originalidad en las ideas que nosotros defendemos, es la de la aplicación de los conceptos cibernéticos a los modos y a las formas de intercambio de informaciones entre distintos subsistemas económicos. Es allí que nosotros ponemos el énfasis, en el manejo y uso del dinero.

A partir del momento en que los integrantes del grupo Calos J Cúdita comenzamos a interesarnos en el tema del dinero telemático (a partir de 1998), también tomamos conocimiento de trabajos en los que de una u otra forma se promueve la desaparición de los billetes bancarios tradicionales, así que bien puede suponerse que estas ideas también han sido consideradas y manejadas por otros. Sin embargo, muchos de los trabajos que nosotros hemos leído y que trataban estos tópicos, o bien se orientaban al telecomercio dentro de la actual forma de uso del dinero, o bien manejaban ideas futuristas relativamente vagas, respecto de la posible desaparición de los billetes bancarios tal como los utilizamos actualmente.

La implantación del euro como moneda de circulación en varios países europeos, sin duda atrajo el interés público a nivel mundial sobre los temas monetarios, pero al menos a nivel de los medios masivos de comunicación no se manejaron ideas relativas a la utilización de especies dinerarias totalmente virtualizadas.

En ese momento de la introducción del euro sí se emitieron distintos informes relativos a la forma cómo se destruían los billetes bancarios de las distintas monedas que eran sustituidas por el euro, y al destino que se daba a todo ese papel picado.

En lo personal pienso que el 1 enero 2002 Europa perdió una oportunidad magnífica de implantar el euro virtual (el euro telemático), o por lo menos de plantear este tema, y de preparar el camino para su utilización generalizada.

Si Lord John Maynard Keynes viviera, probablemente hubiera calificado de reliquia bárbara a la propia utilización de los billetes-papel, y a esa masiva sustitución de ciertos billetes-papel (léase francos franceses, marcos, pesetas, etcétera) por otros billetes-papel llamados euros.

El proyecto euro con evidencia ha sido muy interesante, muy importante, y relativamente bien manejado, y en lo personal lo único que discuto y critico de ese proyecto, es que no se haya estudiado la posibilidad de implantar el euro telemático.

Y ya para cerrar la contestación de esta pregunta, corresponde destacar que afortunadamente ya existen algunos trabajos de investigación que se orientan a proponer el uso generalizado de monedas virtuales, de monedas simplemente escriturales, a la par de proponer el dinero electrónico y las transacciones documentadas en forma estandarizada. Como para muestra solamente hace falta un botón, entre varias posibilidades señalamos en particular el completo trabajo de los economistas españoles Magdalena Grau Figueras y Agustí Chalaux de Subirà, y que tiene por título “Ensayo sobre moneda, mercado, y sociedad”, escrito que su primera edición data de mayo de 1984, y que sus sucesivas revisiones son de julio de 1997 y de noviembre de 1998.

Periodista – Haremos aquí una pausa para dar paso a unos consejos comerciales, y muy pronto volveremos para seguir tratando otros temas de interés.

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